viernes, 22 de octubre de 2010

Viva la lucha de los trabajadores y jóvenes franceses


La lucha de los trabajadores y jóvenes franceses no ha hecho más que radicalizarse. Dos nuevas jornadas de manifestación masivas, la escasez de combustible como consecuencia de la paralización completa de las refinerías de petróleo y el bloqueo de innumerables depósitos de combustibles, la revuelta y movilización explosiva y en muchos casos violentas de los liceístas, como en las ciudades de Lyon o en la banlieue parisina, el surgimiento de centenares de activistas que apoyan a los distintos sectores en huelga, los comienzos de auto-organización aun débiles pero que empiezan a surgir así como el salto en la respuesta represiva del gobierno, lo testimonian. Los prolegómenos de una huelga general política que combina 1995, 2005 y 2006 y mucho más.

El actual movimiento en Francia testimonia, por un lado, la acumulación de experiencias de la clase obrera francesa desde el ciclo de la lucha de clases abierto con los acontecimientos de 1995, que marcaron un punto de inflexión expresando la resistencia a la ofensiva neoliberal en Francia como a nivel mundial. Pero señala, a su vez,una escalada superior en la recuperación de la clase obrera francesa y mundial.

El actual movimiento combina elementos de las luchas de 1995, 2005 y 2006 y sobre todo mucho más. De 1995, tiene el componente de paro y movilización de los sectores públicos, en especial de los ferroviarios que han votado en varios lugares la continuidad de la huelga. De 2006, tiene la irrupción violenta, masiva e impredecible de la juventud, en especial de la juventud secundaria que llevó a la derrota al gobierno de Villepin en la lucha contra el CPE. Lo más atrasado es el movimiento estudiantil universitario, que comenzó recientemente las clases y permanece aún golpeado por los efectos de la derrota de la aplicación de la Ley de Reforma Universitaria en la primera parte del gobierno de Sarkozy. Sin embargo, si la actual situación continúa, no está descartado que entre al combate, como algunos pequeños síntomas y asambleas en varias universidades del país comienzan a testimoniar. De 2005, están presentes las acciones de los secundarios en las banlieus, donde muchos bloqueos de los liceos por la inmediata y brutal represión policial se transforman en pequeños motines urbanos. Sin embargo, estas revueltas elementales, a diferencia de 2005 donde se generalizaron pero quedaron aisladas del resto de los sectores sociales, puede en muchos casos constituirse en el batallón más explosivo del conflicto social de conjunto. Pero lo que lo lleva más allá de estos grandes hitos de la lucha de clases y la subjetividad de la clase obrera y la juventud francesa

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